El próximo 28 de febrero se llevará a pleno la implantación de zona azul en los aparcamientos cercanos a la zona de playa, a fin de limitar el tiempo de estacionamiento en los meses de verano. Esta medida, que funcionaría desde el 15 de junio al 15 de septiembre, no ha calado muy bien en los vecinos de Guardamar que ya se han pronunciado en las redes sociales con consignas como "que hijos de puta", "joder, mierda to...", "a mí me da igual, no tengo coche", "pues bajo en bici a la playa y la amarro a una señal" o "me caguen tos les madrilenyos i en Deu".
A la cabeza de estas protestas, uno de nuestros ciudadanos más ilustres, se ha quedado sin palabras. El ingeniero Mira, que lleva más años que la concesión de los chalets de la playa sentado en el mismo banco ahora tendrá levantarse e irse, ya que no podrá permanecer ocupando el mismo lugar por un periodo superior a 4 horas y, según fuentes cercanas al ingeniero, "ya no está para esos trotes. Está mayor y es de bronce".
Uno de nuestros reporteros más listos ha intentado arrancar unas palabras a la estatua y ha vuelto a la oficina, 2 horas y media después, con un olor a agritol que echaba para atrás, desmoralizado por el crudo silencio de las declaraciones de Francisco Mira i Botella.
La plataforma PAH Guardamar está pensando si actuar de oficio en el momento que acudan los operarios del AYTO a retirar al hombre del lugar por no pagar los 0,0116 €/min que corresponderían a la tarifa de la zona O.R.A. en cuestión. Un representante de dicha plataforma ha asegurado que "no moverán al pobre hombre de allí. No recibe un euro por parte del estado. Se calló lo del euro por receta y pagó religiosamente su dosis de titanlux mensual. ¿Y lo quieren echar de aquí? Y una mierda más grande que la rotonda que han puesto nueva en el polígono. ¡Este hombre no se mueve!"
Otro de los que podríamos pensar que resultaría de los más damnificados por este hecho es Campillo, pero tras ponernos en contacto con él hemos caído en que a él se la repampimfla, ya que se levanta antes de que se acuesten los que ponen las multas, y se pega su baño diario en el mar antes de que abra el ayuntamiento.