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Así se puso el señor |
Hace
unos días descubrimos este artículo escrito por un forastero del cual no
recordamos el nombre (es que no sabemos “de qui es”) en Guardamar Digital en el
que mostraba su indignación por considerar a las personas que no son nativas de
nuestra localidad “forasteros”.
El señor ha accedido a reunirse con nosotros
en la terraza del Stimoni esta mañana y nos ha hablado de lo acontecido.
Confiesa sentirse desplazado por la población local: “me ponen el dedo en la báscula cuando voy a comprar pimientos de bola (ñoras en Guardamar) para que me le cobren más caro, en misa no me dejan salir para tomar
la comunión y lo que más me duele son las mujeres mayores que se sientan en la
calle con sillas de ir a la playa y se dirigen a mí en un idioma extraño”.
Sostiene que no debería ser así porque es gente
como él la que hace que Guardamar no esté en ruina, que viene y se deja el
dinero para que prospere el negocio local. Tras este argumento nos preguntó si
nos apetecía tomar una Coca-Cola a medias, a lo cual nos negamos y pidió
panchitos de los que dan para acompañar las cañas.
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Mr. Bean tampoco lo entiende |
En la misma cita intentamos “hacerle caer del
burro” haciéndole ver que Guardamar dista mucho de esos pensamientos que él
cita y ubica en el paleolítico, que, desconociendo lo que le ocurriera con su
puesto de trabajo, no es justo poner en tela de juicio que la preparación de
otro aspirante al puesto y que su percepción de competencia podría ser bastante
subjetiva. Tras lo cual este señor “se pegó fuego” y nos amenazó con no
respirar si seguíamos por ese camino.
El forastero en cuestón, asiduo a los escritos llorando de quejas, dio muestras de su madurez mental, como ya hizo en su carta, y tomó una actitud de la cual no
quisimos ser partícipes, por lo cual dejamos el caso en manos de Tere la del
Stimoni.
Desde la redacción de GuardamarToday hemos aprendido mucho de este
individuo y, con la única intención de acercar posturas y que se le pase el
cabreo y la pataleta por la “chiquillada” de ser llamado forastero (siendo de
fuera) hemos decidido hacer un homenaje a su persona terminando con una frase
lapidaria, como él (sin mucho sentido ni acierto) hizo en su día en la carta
que nos dedica.
“Hay días tontos, y tontos todos los días”.
a ver como lo digo..... jajjajajajjajaajjaa
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